Marisabel, ha tenido la capacidad de pensar con inteligencia
(que como dijimos inteligencia, no es algo más que hacer buenas elecciones) para
probar un cambio de costumbres y conductas de acuerdo a su propia voluntad.
En un momento al ser diagnosticada consideró que el médico-psiquiatra
estaba equivocado, que ella no tenía bipolaridad, que no le iba a ser caso en que tenía que dejar el
alcohol, como tampoco dejaría el cigarrillo, además de su rebeldía en una
actitud desobediente con su familia; sintiendo que la tenían que aceptar
así, porque ella tenía una enfermedad
del ánimo.
Hoy reconoce lo real que es el cambio al haber aceptado el diagnóstico, su tratamiento, lo posible que fue dejar el alcohol, como el cigarrillo, además de compartir con otros pacientes, para escuchar nuevas propuestas y cambiar ese dejarse
llevar, sin accionar sus propias decisiones.
De cinco veces que hemos compartido, hoy quedamos de acuerdo
que es hora de dejar de evaluarse constantemente como paciente bipolar; con "su propia
capacidad de reflexión" ha conseguido respuesta a lo que ella misma ha estimado conveniente,
como puntos relevantes, para su propio desarrollo de persona y donde además ha
comprobado que solo de ella ha dependido, adjudicarse lo bueno que le ocurre.
Las buenas ideas son más sabrosas cuando las pensamos en el silencio
y luego las contemplamos en la realidad.
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