La “propia interpretación” de la conexión que hagamos con lo
que “entra como información” en uno mismo, es lo que nos puede aclarar o
llevar al resbalón.
Es por eso cuido lo que voy a exponer y no solo en este
medio que es público, sino también en comunicaciones escritas
principalmente con personas como yo, que buscan encontrar en quien
confiar.
Así pasa, a veces, que lo que uno expresa, termina siendo
interpretado de una manera lejana de la raíz de lo que quisimos o se nos quiso decir,
entonces el valor de las palabras debe ser consideradas.
Quise referirme a esto porque la vulnerabilidad es un
síntoma que nos puede llevar a sentirnos ofendidos, ridiculizados o incomprendidos.
Pero no todo se activa por la bipolaridad, también influye la
propia personalidad y más que eso, a veces, son los años de la juventud, que se
mezclan con esta vulnerabilidad, no responsable de todo como creemos.
Un factor
preponderante de esta etapa de juventud, parecieran ser las aspiraciones; desarrollando
impulsos propios que se topan cuando tenemos que disponernos a un tratamiento,
para sostener la inestabilidad emocional, afectiva.
Últimamente es valioso compartir con jóvenes varones, más de
lo acostumbrado y es una experiencia donde queda en evidencia, que en los
varones, es más complejo aceptar la necesidad de cultivar lo que se "piensa y lo
que se siente"; siendo esto, algo primordial para trabajar el cómo liberarnos de tantas aprensiones, hasta conseguir el "punto más relevante en la propia historia" aceptarse a sí mismo y no hacer cargo a alguien o a algo de lo que somos.
Dentro del desarrollo social no es usual hablar de ego,
humildad o espiritualidad por ejemplo, pero considerando lo que nos afecta, es
necesario detenernos en estos conceptos, para conocernos en las propias
reacciones, que de acuerdo a estos tres conceptos mencionados, no todos son negativos.
Es tarea de cada uno disponerse en busca de su propio conocimiento. El
principio de entender un concepto es saber su significado y reflexionar para corregirnos o reafirmarnos.
Cuando compartimos en nuestro grupo, aunque seamos tres, tratamos conceptos poco usuales en el diario vivir y
siendo muchas veces bien escuchados y más bien poco discutidos, el lema de despedida
de grupo es “Dale una vuelta”
Ese dale una vuelta, es la única manera de saber lo que a
uno le es conveniente.
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