Hay términos que se popularizan en la sociedad y que de poco nos sirve detenernos en ellos, en relación a la bipolaridad, podemos escuchar referirse a la enfermedad en un sentido discriminatorio, término que tiene relación con un trato diferente hasta perjudicial, por experimentar esta enfermedad que radica en el no saber cómo sobrellevar las propias emociones.
Pero, no es necesario tener una
enfermedad para ser discriminado y esto puede ser la base para no considerar la
opinión, la descalificación que hacen los demás, es propio del ser humano
desautorizar a otros, de acuerdo a su propio modo de desvalorar porque sí, así
mismo podemos hacer nosotros también, pero son quienes sufren los que se
vuelven más compasivos y humildes, por lo mismo propietarios de no
discriminarse a sí mismo; quién es discriminatorio tendrá que hacerse
cargo de su propio menoscabo.
Poner atención a lo que parece
tema de moda y sentirse aludido por la apreciación o juicio de la sociedad, es
perder el respeto por sí mismo, esta enfermedad es éso una enfermedad, no
es una elección, no lleva la posibilidad de contagiar a otro, y no puede ser merecedora
de ser denominada como una marca de desprecio llamado “estigma”.
¿Quién puede sentirse con el
derecho de menospreciar al que sufre, quien piensa que el dolor nos hace
perder la dignidad?
No te distraigas complaciendo a
quienes pretendan descalificar, no te distraigas, porque por poner atención a
otros, tú dejas de crecer.
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