Una de las reacciones más difíciles que he reconocido comúnmente en los pacientes, es la no buena relación con la madre, es una constante que se da comúnmente y aunque científicamente nunca he escuchado alguna razón que manifieste el principio de esa reacción, pareciera ser que hacemos responsable injustamente a las madres de esta enfermedad, solo por ser ellas quienes nos dieron la vida.
Esta reacción es propia en estados de poco equilibrio, lo que desafortunadamente causa mucho dolor al ser más valioso de nuestra vida, quien con toda seguridad vive a disposición de sus hijos en la práctica y en el amor, son cada una de nuestras madres que merecen que sus hijos reparen el valor de sus esfuerzos, sus desvelos y su bendita maternidad.
Es bueno hacer conciencia y hablar sobre esas conductas impulsivas que pueden dañar, reconocer las propias faltas es conectarse con la capacidad de pedir perdón.
Una de las cualidades que disminuye la irritabilidad es la humildad.
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