El principio de nuestra recuperación está en reconocer qué
nos hace padecer, es un buen paso saber por qué tanta pena acumulada, tantos
miedos sin saber porqué nos atrapan ni cómo resolver.
Pero muchas veces juramos el haber entendido el motivo y
creemos superarnos, pero volvemos a recaer, hoy conversamos con Alberto
sobre esto mismo y se molesta al ver que lo entiende, lo asimila, pero vuelve a
dolerle lo mismo de siempre, ausencia y desafectos familiares, no
reconocimiento a sus logros como estudiante y necesidad de buenos estímulos.
Y lo revisamos y ¿qué lo lleva a lo mismo? "sus
deseos no cumplidos" y entonces, ya no son culpables quienes no aportaron
afecto en su historia, sino que ahora también le causan decepción aquellos
que para él son importantes y que no cumplen con sus expectativas
afectivas.
Entonces podemos entender que su historia
será siempre una suerte de insatisfacción y culpables todos de generarle rabia
cuando no le demuestran afecto o consideración.
Pero quién tiene que entender su propia realidad
es Alberto mismo, entender que está en uno mismo no mezclar a todos con lo que
nos sucede, así fue como terminamos analizando si no será su ego, su soberbia,
su orgullo o sus caprichosos deseos, que le provocan el mecanismo de rabia y a creer
que es la enfermedad bipolar que le provoca frustración y no que son sus
expectativas racionales egocéntricas que le impiden su bienestar.
Terminamos comprendiendo que no hay mejor manera para
conocerse a uno mismo, que revisar en el diccionario cada concepto que
nos pueda identificar, en este caso los que antes hemos mencionados y así
conocer la razón del comportamiento que nos quita la paz interior.
Y seguimos buscando hasta detenernos en el concepto de
Humildad: la "virtud donde vive la ausencia de soberbia" soberbia,
ese sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás como si
fuéramos merecedores de cualidades especiales a veces llevándonos a
menospreciar a otros.
Es muy propio que los demás nos midan nuestra manera de ser en base a las características de la bipolaridad, pero que seamos nosotros mismos quienes adjudiquemos lo que somos al diagnóstico, eso, está mal
La sanación a la intolerancia, a la frustración a culpar a otros de nuestra desdicha, también se encuentra en volvernos mansos de corazón, descubrirnos humildes hace posible reconocernos dueños de nuestra propia y nueva historia, sin necesidad de quejas ni hacer responsables a otros de nuestro bienestar.
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