lunes, 19 de junio de 2017

Aceptar/Reconocer

El principio de nuestra recuperación está en reconocer qué nos hace padecer, es un buen paso saber por qué tanta pena acumulada, tantos miedos sin saber porqué nos atrapan ni cómo resolver.

Pero muchas veces juramos el haber entendido el motivo y creemos superarnos, pero volvemos a recaer, hoy conversamos con Alberto sobre esto mismo y se molesta al ver que lo entiende, lo asimila, pero vuelve a dolerle lo mismo de siempre, ausencia y desafectos familiares, no reconocimiento a sus logros como estudiante y necesidad de buenos estímulos.

Y lo revisamos y ¿qué lo lleva a lo mismo? "sus deseos no cumplidos" y entonces, ya no son culpables quienes no aportaron afecto en su historia, sino que ahora también le causan decepción aquellos que para él son importantes y que no cumplen con sus expectativas afectivas.

Entonces podemos entender que su historia será siempre una suerte de insatisfacción y culpables todos de generarle rabia cuando no le demuestran afecto o consideración.

Pero quién tiene que entender su propia realidad es Alberto mismo, entender que está en uno mismo no mezclar a todos con lo que nos sucede, así fue como terminamos analizando si no será su ego, su soberbia, su orgullo o sus caprichosos deseos, que le provocan el mecanismo de rabia y a creer que es la enfermedad bipolar que le provoca frustración y no que son sus expectativas racionales egocéntricas que le impiden su bienestar.

Terminamos comprendiendo que no hay mejor manera para conocerse a uno mismo, que revisar en el diccionario cada concepto  que nos pueda identificar, en este caso los que antes hemos mencionados y así  conocer la razón del comportamiento que nos quita la paz interior.

Y seguimos buscando hasta detenernos en el concepto de Humildad: la "virtud donde vive la ausencia de soberbia" soberbia, ese sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás como si fuéramos merecedores de cualidades especiales a veces llevándonos a menospreciar a otros.

Es muy propio que los demás nos midan nuestra manera de ser en base a las características de la bipolaridad, pero que seamos nosotros mismos quienes adjudiquemos lo que somos al diagnóstico, eso, está mal

La sanación a la intolerancia, a la frustración a culpar a otros de nuestra desdicha, también se encuentra en volvernos mansos de corazón, descubrirnos humildes hace posible reconocernos dueños de nuestra propia y nueva historia, sin necesidad de quejas ni hacer responsables a otros de nuestro bienestar.


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