Cuando me propongo escribir un artículo, no deja de ser motivado por alguna influencia externa, siempre hay algo que al compartir me hace detenerme y revisarlo, pero lo cierto que no puedo dejar de darle un enfoque de acuerdo a mi manera de haber superado los estados.
Entonces, más que reiterar...me nace la idea de dialogar sobre la posible solución.
Entonces, más que reiterar...me nace la idea de dialogar sobre la posible solución.
Me detuve en reflexionar sobre la rabia, porque es una emoción que en algunos pacientes se repite de manera constante. La irritabilidad al ser reiterativa, debe ser consultada al médico tratante, porque las dosis de los estabilizadores del ánimo, pueden regular esta reacción que puede volverse desmedida.
La rabia no siendo un buen síntoma, no es una característica de todos quienes tienen tratamiento, la mejor manera de corregir los propios impulsos, será revisandose a sí mismo.
Si miramos qué nos provoca o activa la rabia, ella siempre se expresa por algo que nos provoca insatisfacción, algo que no hemos resuelto, pero cuando hemos llegado a un peldaño de la vida, donde solos podemos darnos cuenta de lo que nos es conveniente, las insatisfacciones pueden empezar a parecernos insignificantes.
Alguna vez habrá que mirar el principio del camino del propio futuro, donde reconocer que todo está en nuestras propias decisiones, apaciguar la rabia aceptando que la vida se reviste de malo y bueno, pero que de uno mismo depende lo bueno, llegando a valorar incluso nuestros fracasos, porque de ellos también recogimos una lección.
Creo que mejor que enojarse, será respirar profundo, después revisar lo que sentí y sin embargo ya pasó.
A veces, es más fácil darnos a entender diciendo a alguien en voz baja "me estás empezando a molestar", que dañar a otro o a sí mismo o vivir en el arrepentimiento o pidiendo disculpas.
Nuestra propia salud, depende de no dejar nuestras emociones a que fluyan al azar.
El bienestar nace de la palabra cultivar, como puede ser un nuevo modo de vida, costumbres, elección de nuevos conocimientos, porque de la naturaleza humana, podemos recoger la búsqueda del propio perfeccionamiento como persona.
La rabia no siendo un buen síntoma, no es una característica de todos quienes tienen tratamiento, la mejor manera de corregir los propios impulsos, será revisandose a sí mismo.
Si miramos qué nos provoca o activa la rabia, ella siempre se expresa por algo que nos provoca insatisfacción, algo que no hemos resuelto, pero cuando hemos llegado a un peldaño de la vida, donde solos podemos darnos cuenta de lo que nos es conveniente, las insatisfacciones pueden empezar a parecernos insignificantes.
Alguna vez habrá que mirar el principio del camino del propio futuro, donde reconocer que todo está en nuestras propias decisiones, apaciguar la rabia aceptando que la vida se reviste de malo y bueno, pero que de uno mismo depende lo bueno, llegando a valorar incluso nuestros fracasos, porque de ellos también recogimos una lección.
Creo que mejor que enojarse, será respirar profundo, después revisar lo que sentí y sin embargo ya pasó.
A veces, es más fácil darnos a entender diciendo a alguien en voz baja "me estás empezando a molestar", que dañar a otro o a sí mismo o vivir en el arrepentimiento o pidiendo disculpas.
Nuestra propia salud, depende de no dejar nuestras emociones a que fluyan al azar.
El bienestar nace de la palabra cultivar, como puede ser un nuevo modo de vida, costumbres, elección de nuevos conocimientos, porque de la naturaleza humana, podemos recoger la búsqueda del propio perfeccionamiento como persona.
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