Recuerdo haber sido invitada a uno de los canales de Televisión de mi país, hace años atrás, porque iban a entrevistar a personas con bipolaridad.
Cuando llegué al recinto, lo primero fue una pequeña entrevista por una encargada del programa, todo rapidito y la pregunta directa fue ¿Intento de suicidio? dije: no! pero... quise explicar sobre mi experiencia en relación a eso y dentro de todo alcancé a decir que no me sentía ni siquiera discriminada, ni había sido abandonada por mi familia y la misma persona comentó: "ah! no, es una bipolaridad atípica"; me quedé paralizada y ella dijo; "sí, no es el perfil que buscamos" y me despidió.
Y me vine decepcionada, no por haber sido discriminada y como tampoco por no aparecer en televisión, sino que por no mostrarles a muchos como yo y a sus familias, que el suicidio no es el fin de la enfermedad, que el suicidio es uno de los síntomas psicóticos que pasó una vez por mi mente y que con esfuerzo se lo comenté a mamá y ella al escucharme, se arrodilló y pidió a Dios lo que ella siempre supo hacer, buscar en Dios la protección de todo mal.
Mi enfermedad la conozco por su dominio perverso, que no quiere que ni siquiera hable del único poder del bien que es Dios Padre.
Si no fuera por haber encontrado la Gloria del Espíritu Santo el que me ha salvado de mi enfermedad, más aún, cuando empiezo a entrar en esa selva de miedo y oscuridad, fácilmente esa idea de ver todo perdido, puede llevarme a perder la confianza en la fe que permite que vuelva a caer.
No soy yo quien puede cambiar el destino de mi vida, pero sin la ayuda de la eterna bendición de Dios, tal vez ese día hasta hubiera asustado a otros en un programa de televisión.
Es sólo la roca firme y generosa hecha oración, que me salva de lo que ha destruido mi paz y la de mi familia y eso es el Padrenuestro que es lo que aprendí desde niña y que me acompaña hasta hoy.
Al caminar nombrar a Dios, Jesús y al Señor es la única verdad de apartarme de aquello que me hace padecer.
¿Quién es Dios? para mí Dios es todo lo bueno, también lo bueno que vive en mí y en ti.
Si no fuera por haber encontrado la Gloria del Espíritu Santo el que me ha salvado de mi enfermedad, más aún, cuando empiezo a entrar en esa selva de miedo y oscuridad, fácilmente esa idea de ver todo perdido, puede llevarme a perder la confianza en la fe que permite que vuelva a caer.
No soy yo quien puede cambiar el destino de mi vida, pero sin la ayuda de la eterna bendición de Dios, tal vez ese día hasta hubiera asustado a otros en un programa de televisión.
Es sólo la roca firme y generosa hecha oración, que me salva de lo que ha destruido mi paz y la de mi familia y eso es el Padrenuestro que es lo que aprendí desde niña y que me acompaña hasta hoy.
Al caminar nombrar a Dios, Jesús y al Señor es la única verdad de apartarme de aquello que me hace padecer.
¿Quién es Dios? para mí Dios es todo lo bueno, también lo bueno que vive en mí y en ti.
Amén toda la razón!!!
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