En el encuentro de los días lunes analizábamos los esfuerzos
que acostumbramos a poner para no ser cuestionados, mal interpretado,
discriminado o simplemente vivir pidiendo un favor para que nos comprendan.
Dentro de varias opiniones, terminamos pensando que el
mantenernos “bajo la intensión de ser aceptados” en la sociedad es
enormemente agotador, además que al no ver resultados favorables
terminamos cabizbajos y apesadumbrados, por lo tanto la estrategia
impuesta no parece ser la mejor.
Pareciera ser innato en el ser humano vivir en busca de la
aprobación de los demás, pero nosotros somos personas con ciertas
características diferente que necesitamos resguardarnos para no sucumbir, una
de esas características desarrolladas son la "percepción" y la
"intuición" y aunque queramos disponernos a dar lo mejor, las
respuestas externas no siempre serán a nuestros favor. Entonces, poner empeño
en dar lo mejor es perdida de energía y de amor.
Concluimos que más que ir por la vida superándonos para no vernos expuestos a juicios fuera de valor, más bien debemos volvernos sencillos, modestos, simples y ser admirados más bien por lo distinto al común de las personas, que vivir el miedo al rechazo.
Tal vez donde podemos encontrar la fuente de nuestra propia
seguridad, es vivir menos de expectativas, esperar como se presente la vida alivia la carga de nuestro temor a ser discriminados.
Volverse "sencillo" puede llegar a sorprender qué,
en el hoy y el ahora, haya alguien que pueda caminar por la vida sin complicaciones.
Para quienes lo desconoce, la bipolaridad es una enfermedad,
quienes la padecen son personas que pueden llegar a ser tan admirables como
otros admirables.
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