Hoy es más posible que antes, conseguir un diagnóstico médico sobre bipolaridad, no siempre un médico psiquiatra reconoce los síntomas de la bipolaridad, las alteraciones que se presentan en la enfermedad, se pueden confundir con otros diagnósticos de la psiquiatría.
Analizar, interpretar y entregar conocimiento sobre esta materia que tiene relación directa con el sentimiento humano, ante todo es de una tremenda responsabilidad y me la adjudico, porque no en vano me he entregado a conseguir conocimiento y a observar mi propia conducta para ayudar a mis compañeros de ruta, sin duda, para algo experimenté el dolor y la superación y aquí estoy conversando contigo, quien quizás aún no crees que uno puede empezar de nuevo.
Hoy quiero referirme a los síntomas que envuelven a una bipolaridad, a lo confuso que le resulta distinguir al propio afectado estos síntomas y cómo puede ayudarnos el ejercicio de auto observarnos, incluso, poder aportar información más clara al médico tratante.
Muchas personas que han seguido un tratamiento para la depresión, sintiéndose mejor, "dejan el tratamiento", al tiempo vuelven los síntomas y se repite la rutina... tal vez sirvan estas recomendaciones, para reconocer que existe una mezcla de estados de ánimos (de cómo enfrentar los momentos) que deben ser considerados.
Es importante saber qué, tan delicado como los estados bajos de ánimo denominados depresión, igualmente delicado es una alegría extrema o una personalidad que no funciona dentro de la normalidad.
La bipolaridad afecta a la persona de dos manera, con depresión o un descontrol de personalidad que no le permite un auto control de sus actos.
Es común que el paciente acuda al médico solamente cuando padece de estado bajo de ánimo (depresión) y es así que varias personas que asisten a las reuniones, dicen haber sido tratadas por años como depresivos y no como bipolares.
Con el uso de medicamentos antidepresivo nos "sube el ánimo"; considerando la mecánica de la bipolaridad, cuando el paciente supera una depresión comúnmente no vuelve al médico y sus nuevos estados de gran "optimismo" que pueden ser fuera de lo normal, podría ser una característica bipolar que no llegó a ser evaluado por el psiquiatra, porque el paciente asiste solo cuando se siente depresivo.
Es así como podemos entender que en relación a este diagnóstico no solo "nos descompone" o "nos provoca confusiones" una depresión, sino también los "cambios de conductas" principalmente en relación a los extremos a los que más abajo me refiero.
Analizar, interpretar y entregar conocimiento sobre esta materia que tiene relación directa con el sentimiento humano, ante todo es de una tremenda responsabilidad y me la adjudico, porque no en vano me he entregado a conseguir conocimiento y a observar mi propia conducta para ayudar a mis compañeros de ruta, sin duda, para algo experimenté el dolor y la superación y aquí estoy conversando contigo, quien quizás aún no crees que uno puede empezar de nuevo.
Hoy quiero referirme a los síntomas que envuelven a una bipolaridad, a lo confuso que le resulta distinguir al propio afectado estos síntomas y cómo puede ayudarnos el ejercicio de auto observarnos, incluso, poder aportar información más clara al médico tratante.
Muchas personas que han seguido un tratamiento para la depresión, sintiéndose mejor, "dejan el tratamiento", al tiempo vuelven los síntomas y se repite la rutina... tal vez sirvan estas recomendaciones, para reconocer que existe una mezcla de estados de ánimos (de cómo enfrentar los momentos) que deben ser considerados.
Es importante saber qué, tan delicado como los estados bajos de ánimo denominados depresión, igualmente delicado es una alegría extrema o una personalidad que no funciona dentro de la normalidad.
La bipolaridad afecta a la persona de dos manera, con depresión o un descontrol de personalidad que no le permite un auto control de sus actos.
Es común que el paciente acuda al médico solamente cuando padece de estado bajo de ánimo (depresión) y es así que varias personas que asisten a las reuniones, dicen haber sido tratadas por años como depresivos y no como bipolares.
Con el uso de medicamentos antidepresivo nos "sube el ánimo"; considerando la mecánica de la bipolaridad, cuando el paciente supera una depresión comúnmente no vuelve al médico y sus nuevos estados de gran "optimismo" que pueden ser fuera de lo normal, podría ser una característica bipolar que no llegó a ser evaluado por el psiquiatra, porque el paciente asiste solo cuando se siente depresivo.
Es así como podemos entender que en relación a este diagnóstico no solo "nos descompone" o "nos provoca confusiones" una depresión, sino también los "cambios de conductas" principalmente en relación a los extremos a los que más abajo me refiero.
Los estudios han comprobado que a veces la persona ha necesitado consultar a más de seis médicos, para conseguir un tratamiento que logre mantenerlo estable.
Este tipo de información puede servir para alguien que esté en busca de mejorar sus confusiones y tal vez para auto examinarse. Si bien es cierto todos estos síntomas a los que haré mención, no se presentan de una vez, como también no se expresan en todos de manera idéntica, pero son características propias de lo que se puede experimentar en el trastorno afectivo bipolar.
Como por ejemplo, aceleración de ideas y pensamientos, hablar rápido y sin freno, dormir poco, sentirse observado, criticado, irritado, cambios de conductas, de ánimo, alcoholismo, drogas, falta de responsabilidad, concentración, abatimiento, desesperanza, falta de entendimiento con los demás, abandono de su trabajo, sentirse capaz de enfrentar cualquier situación, intolerante a que le digan que está equivocado, desinhibición, gastos sin control y otros.
Serán nuestras propias dudas y necesidad de saber qué nos pasa, que recurriendo al lápiz y papel haremos un listado de los propios cambios en nuestra manera de ser, de las diferencias de uno mismo que nos incomoden, nos asusten o nos causan rabia desmedida, ojalá pedir opinión a otro para que nos ayude con el afortunado "Sí me he dado cuenta pero no te he querido decir nada" para ir acompañados de esa lista de auto observación, donde un médico psiquiatra especialista en bipolaridad y nosotros mismos le ayudemos a encontrar saber a qué diagnóstico se acerca lo que nos está ocurriendo.
Como por ejemplo, aceleración de ideas y pensamientos, hablar rápido y sin freno, dormir poco, sentirse observado, criticado, irritado, cambios de conductas, de ánimo, alcoholismo, drogas, falta de responsabilidad, concentración, abatimiento, desesperanza, falta de entendimiento con los demás, abandono de su trabajo, sentirse capaz de enfrentar cualquier situación, intolerante a que le digan que está equivocado, desinhibición, gastos sin control y otros.
Serán nuestras propias dudas y necesidad de saber qué nos pasa, que recurriendo al lápiz y papel haremos un listado de los propios cambios en nuestra manera de ser, de las diferencias de uno mismo que nos incomoden, nos asusten o nos causan rabia desmedida, ojalá pedir opinión a otro para que nos ayude con el afortunado "Sí me he dado cuenta pero no te he querido decir nada" para ir acompañados de esa lista de auto observación, donde un médico psiquiatra especialista en bipolaridad y nosotros mismos le ayudemos a encontrar saber a qué diagnóstico se acerca lo que nos está ocurriendo.
Sin tratamiento no podemos volvernos reflexivos, prudentes ni tolerantes, pero sí podemos entender que un tratamiento es la solución mas efectiva y real para liberarnos de hacer padecer a los demás, vencer los miedos, encontrar el camino de la propia aceptación y saber de lo importante que son las propias elecciones y no complacer las influencias externas.
Con el tratamiento se aprende a hacerse cargo de las propias decisiones, a darse cuenta que todo está en uno mismo, como también a reconocer que los sueños se hacen realidad, nada impide que recuperes la felicidad.
Con el tratamiento se aprende a hacerse cargo de las propias decisiones, a darse cuenta que todo está en uno mismo, como también a reconocer que los sueños se hacen realidad, nada impide que recuperes la felicidad.
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