Ser paciente bipolar es algo complejo, pero lo que puede hacer más complejo aún el diario vivir, son las opiniones, las exigencias, las críticas, las sugerencias desatinadas de otras personas, a las mismas personas que también les alteran las críticas, las exigencias, las sugerencias desatinadas, las opiniones que más bien se transforman en correcciones.
Cuando "estamos enfermos", dos aportes a bien nos viene, el silencio y, de todo lo que decimos y que de nada sirve, es bueno para todos que nos sigan el juego, porqué lo que vemos verde y es morado, aunque nos tiren las orejas, seguirá siendo verde, sí, porque así de estúpida es esta enfermedad.
Cuando estamos convalecientes, no estamos fuera de sí, no estamos haciéndonos los tontos, no estamos encaprichados, como tampoco queremos desobedecer, estamos en un proceso de re-estructuración de la realidad, en esa realidad en la que están los demás y que tampoco es real, como lo creemos todos... porque como dijo uno de mis médicos, vivimos equivocados.
Una frase bonita que encierra la verdad "todo tiene su tiempo"; no podemos ni siquiera a nosotros mismos obligarnos, es como si nos exigieran saltar con una pierna enyesada.
En todo este proceso no dejamos de pensar, de sufrir, de desear, entre eso, muchas veces dejar de respirar, y callamos por no hacer saber nuestra verdad y justo ahí, alguien grita ¡Hasta cuándo!
Y eso no significa que no podamos ser reprochados, hasta nosotros mismos nos reprochamos, así de normal es la realidad en la que nos metimos, ¿qué puede cambiar esta peculiar realidad? Cada quien tiene un gran capital, tengo un amigo que me dice: no le des todo resuelto a tus amigos y concluí que es verdad, porque ellos también son exhaustivos, pueden inspeccionar en sí mismos...
Cuando estamos convalecientes, no estamos fuera de sí, no estamos haciéndonos los tontos, no estamos encaprichados, como tampoco queremos desobedecer, estamos en un proceso de re-estructuración de la realidad, en esa realidad en la que están los demás y que tampoco es real, como lo creemos todos... porque como dijo uno de mis médicos, vivimos equivocados.
Una frase bonita que encierra la verdad "todo tiene su tiempo"; no podemos ni siquiera a nosotros mismos obligarnos, es como si nos exigieran saltar con una pierna enyesada.
En todo este proceso no dejamos de pensar, de sufrir, de desear, entre eso, muchas veces dejar de respirar, y callamos por no hacer saber nuestra verdad y justo ahí, alguien grita ¡Hasta cuándo!
Y eso no significa que no podamos ser reprochados, hasta nosotros mismos nos reprochamos, así de normal es la realidad en la que nos metimos, ¿qué puede cambiar esta peculiar realidad? Cada quien tiene un gran capital, tengo un amigo que me dice: no le des todo resuelto a tus amigos y concluí que es verdad, porque ellos también son exhaustivos, pueden inspeccionar en sí mismos...
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