Las máximas fueron el hilo conductor de mis elecciones de vida, todas me sirvieron, ahora me sirven las recogidas en mí misma, en el silencio y la reflexión.
¿Cómo arreglar lo malo? con lo poco bueno que hay siempre dentro de lo malo.
Por tratar de verme mejor, me siento peor.
Para decir todo lo que digo, tengo que dejar de pensar en mí.
El punto de equilibrio no se encuentra en el descontrol, más bien está en soltar lo que no puedo cambiar.
No siempre es necesario responder algo.
A veces todas mis convicciones no sirven de nada.
Antes de confiar en las buenas razones de otros, revíselas, seguro las puedes mejorar.
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