miércoles, 17 de febrero de 2016

¿Por qué Aceptar la Bipolaridad?

¿Por qué razón debemos aceptar la propia bipolaridad?

Porque no hay quién no esté expuesto a padecer en la vida y eso nos dice que no existen privilegios en relación a la salud de las personas; aceptar que se es "uno más", es una buena manera de aceptar lo que venga y más que enemistarse con el dolor, buscar la forma de apaciguar las pasiones y los rencores.

Hasta en lo peor se guarda algo bueno, tomar este diagnóstico como enseñanza de vida, es la mejor manera de dejar atrás la enfermedad; nuestro proceso psíquico se ve afectado y cada quien que ha sido diagnosticado, guarda su propia historia del porqué afectivamente no resistió su propia aflicción, pero a eso no se le debe dar poder para truncar la vida futura.

Si nos quedamos en "ese capítulo" de historia que nos llevó a reaccionar en una bipolaridad, de seguro ni siquiera exista en el paciente una "sospecha de superación", lo mejor es entender que la vida no se detiene y que una situación dolorosa no puede cegarnos, haciéndonos creer que todo terminó.

Con bipolaridad o sin ella, el cauce de la existencia humana sigue su curso, nuestra vida es como el agua, por muchos obstáculos que quieras poner a un caudal nada lo frenará.

 Tendemos a ver lo peor, nos situamos en la desdicha de este padecer, pensando, no seré el mismo, los demás me rechazarán, todo será imposible, nos da vuelta lo insuperable que será olvidar las faltas ocurridas en la crisis, que son faltas fuera del sano juicio, por lo tanto, sin culpa, porque es parte de la enfermedad.

Cuando pasan años donde experimentar lo que trae esta enfermedad, les aseguro que seguimos igualmente disfrutando de logros, de nuevas metas, nuevos amigos, nuevas sensaciones, especiales emociones, sueños, anhelos, de sorprender con geniales opiniones, disfrutar de las buenas elecciones, invitaciones, quienes lo necesitan noviazgos, estudios, etc. y además, admiración de quienes nos quieren, solo porque no nos quedamos en la esperanza que no sirve de nada, porque en la bipolaridad la esperanza es esperar y no podemos perder tiempo, tenemos que ocuparnos en crecer, para saber qué nos hace bien y finalmente para amarnos, porque al fin hemos logrado aceptarnos tal como somos.

Lo Peor es Ser Porfiado

Son varios los compañeros de ruta, que no están de acuerdo que me refiera a la bipolaridad como una enfermedad, lo cierto que para mí lo es, porque cuando estoy mal, necesito de un paréntesis para restablecerme porque me debilité.

Cualquier enfermedad requiere de un tiempo para volver a la normalidad, no siempre vivimos en la firmeza, entonces, ¿Porqué no podríamos debilitarnos? la bipolaridad nos cambia los estados de ánimos, enfermos podemos alterarnos, pero como cualquier otra enfermedad, no nos toca la esencia, nos restablecemos y volvemos a ser las mismas personas de siempre.

¿Cuándo es delicado darle poder a la enfermedad?, cuando creemos que somos la bipolaridad misma, y nos es así, por eso es necesario educarse para comprender que el primer paso para lograr lo normal, será diferenciar el bien y el mal, las tentaciones son impulsos innatos que de no poner atención a si nos convienen o nos perjudican, no sólo nos arrastrarán a pésimas consecuencias sino también a quienes nos rodean.

 Algo favorable que no impide la bipolaridad, es que las personas siempre podrán hacer uso de su propia "conciencia", de no hacerlo, todo empeora por falta de amor propio, de respeto a sí mismo y a los demás.

Aprender a pensar, usar el propio discernimiento, (Juicio por medio del cual percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas) es la mejor manera de privarse de los impulsos que están dentro de las alteraciones del ánimo, muchos de los que no son favorables.

A quien vive pensando que es un enfermo, está equivocado, la verdadera enfermedad existe solo cuando estamos fuera de control, el día a día se combate con la mejor elección.

El tratamiento nos mantiene en la normalidad al recubrir las neuronas para que no se alteren cada doce horas, al dejar los medicamentos quedan lagunas que inmediatamente no se manifiestan en una crisis, pero el abandono de tratamiento es acumulativo en las neuronas y es por eso que las recaídas se presentan con más fuerza.

En general los pacientes principiantes, dejan el tratamiento cuando se recuperan y aprenden recayendo varias veces, cada recaída o crisis es de mayor perjuicio para el cerebro de la persona.

Lo peor para el paciente es ser porfiado, en general no quiere aplicar lo que le sirve para salir de la rabia, de la auto-compasión y del vacío existencial.

 Para estar mejor lo primero: no abandonar el tratamiento, tener consideración con aquellos que padecen por él, castigar o castigarse es rebajar la condición de persona; importante: "darse cuenta" que hay buenas indicaciones y aplicarlas y darle el valor a que no perdemos la fuerza espiritual del bien, para avanzar.

 No elevar la moral, es dejar la vida en manos de lo mal que hay en la enfermedad.

Alguien me pregunta ¿qué es crisis? es perder el control del pensamiento, no pudiendo manejar los impulsos para gobernar las conductas.



jueves, 11 de febrero de 2016

Sobre las Recetas

Después de tantas recetas probadas para alejarme del dolor y la confusión, lo que más me ha servido y que hasta hoy no me falla, ha sido seguir lo bueno.

Elegir lo bueno sólo está en la elección personal, no requiere de tratamiento, de estudios superiores, como tampoco de encontrar a alguien que te guíe o que te muestre su camino, si eliges seguir lo bueno, verás que no te fallará.

Entre más te codees con lo bueno, estarás más provisto de no verte expuesto.

"Donde puedo decir lo bueno lo digo; donde podría decir lo malo, me callo"

San Juan Bosco.



Cuando algo te diga que asistas a la reunión de los días Lunes, no dejes de dar el paso, cuando asistes a un Mall, tú no conoces a nadie y es posible y seguro que te atreves a hablar con quien sea, este encuentro no es un Mall, donde elegir algo que mirar o comprar, pero verás que allí encontrarás gente con tus mismos gustos, tan tímidos y desconfiados como tú y tan dispuestos a compartir sin miedo la historia de su vida, saldrás con tu capital de confianza renovado, que de seguro cambiará lo que te paraliza. 

viernes, 5 de febrero de 2016

Una larga conversación con alguien que dice no conocer a Dios, pero me admira porque creo en Él, la verdad, le dije, que tú también lo conoces; Él, es todo lo bueno que vive en ti.
Las máximas fueron el hilo conductor de mis elecciones de vida, todas me sirvieron, ahora me sirven las recogidas en mí misma, en el silencio y la reflexión.

¿Cómo arreglar lo malo? con lo poco bueno que hay siempre dentro de lo malo.

Por tratar de verme mejor, me siento peor.

Para decir todo lo que digo, tengo que dejar de pensar en mí.

El punto de equilibrio no se encuentra en el descontrol, más bien está en soltar lo que no puedo cambiar.

No siempre es necesario responder algo.

A veces todas mis convicciones no sirven de nada.

Antes de confiar en las buenas razones de otros, revíselas, seguro las puedes mejorar.