Tomar el auto
respeto, considerando como tal, que mi ser se merece sembrar en mi camino lo
que para mí es bueno, me permite que me haga “responsable” y que me comprometa
más directamente hacia el bienestar personal que a las obligaciones
relacionadas con el mundo en general, como antes de mi enfermedad lo mal
entendía.
Más, las verdades tienen variantes, esa verdad en relación a cuidar de mis relaciones interpersonales es necesaria, pero no vale de nada si no seguimos el tratamiento.
Esto que pensé ayer, cambia hoy cuando sufro de una recaída por desorden de mis dosis en los medicamentos, juro esta vez que no más, no volveré a distraerme y ha confiarme que mi estabilidad es para siempre, no, lo que es para siempre es el tratamiento continuo, farrearme el tratamiento nos llevó a toda la familia de nuevo al dolor, la incertidumbre y a salirnos de un presupuesto difícil de cubrir para una internación en una clínica de alto costo.
Después de 13 años, sin una recaída, no sólo me veo afectada yo por la enfermedad, también mi marido, mis hijos y sus familias respectivamente.
De nuevo puedo ser un referente para todos Uds., que este pasaje doloroso les sirva para no cometer la falta de desordenarse en el tratamiento, no, la bipolaridad sí o sí, nos necesita obedientes para no abandonar nuestro tratamiento, eso, es sencillísimo, en comparación con lo doloroso que es pasar por una nueva crisis.
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