Un remanso en el camino, descansando de las hostilidades de un episodio, no permitas que aquello que llamamos nada o todo, te haga dudar de lo que guardas en tu buen corazón, aunque tus enemigos alcen sus voces, o se diviertan poniendo puntos finales, déjalos pasar y alimenta tu luz propia, con un silencio donde puedas escuchar en ti mismo, la presencia de
Dios Padre.
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