Los miedos no dejan confiar en que todo puede andar bien, tomar la responsabilidad como un compromiso personal, permite alcanzar satisfacciones.
Hacerse cargo de sí mismo anticipándose a los propios actos, es un buen motivo para sentirse importante.
La responsabilidad en el diario vivir evita los miedos.
Los errores nos llevan a la intranquilidad, al pesar, al arrepentimiento; de cuidarnos al hacer o decidir algo, es un regalo para el propio espíritu.
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