De las dudas y como hago con las emociones, quien me preguntaba me decía qué hacer frente a la ira, una manera sencilla para conseguir el centro en uno mismo, es incluir como hábito, repetir varias veces en el día el siguiente ejercicio de respiración.
Inspirar o aspirar en tres tiempos de manera lenta en un comienzo y luego profundamente por la nariz, eliminar lentamente el aire también por la nariz, contando mentalmente cuatro tiempos, repetir el ejercicio mínimo por tres veces, descansar y volver a aplicar en cualquier momento. En principio probar el ejercicio con los ojos cerrados y poner atención en lo efectivo que es la respiración en el cambio del propio estado.
Calma la angustia, aleja el pensamiento e incluso apacigua el dolor.
Con respecto a qué hacer con las dudas, de acuerdo a mi creencia pido a Dios me guíe y confío ante todo en Él y en mí. Considerando que en la Verdad, el tiempo demuestra y enseña que cada acontecimiento tiene un legítimo sentido que servirá para revisarnos y reconocer cuando somos premiados por nuestras virtudes, como también cuando debamos cambiar el rumbo de nuestro actuar.
Elegir a conciencia la propia manera de vivir, nos permitirá estar de acuerdo consigo mismo, es más breve lograr esa gestión, que considerar el desacuerdo continuo con quienes comúnmente convivimos, porque de darnos cuenta que somos iguales unos a otros, lo primero será trabajar la propia aceptación, manteniendo siempre el esfuerzo para cultivar lo mejor.
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