Se cree que las personas bipolares, las
que padecemos de dos estados de ánimos marcados, somos increíblemente
diferentes a los demás y en mi opinión, nos diferenciamos al haber sucumbido en
la creencia tan sólo de lo bueno o lo malo, no dándonos permiso para ser
autónomos, independientes, hasta descubrir en los propios matices de la
percepción, la posibilidad de construir la propia y conveniente existencia.
Disciplinándonos, podemos llegar a ser nuestro propio maestro.
Nunca es tarde.
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