En la reunión de hoy, compartimos con una paciente diagnosticada desde hace dos años, es increíble lo que afecta al paciente la falta de conocimiento de lo que es la bipolaridad, para poder entender que muchas de las conductas no significa que sea parte de uno mismo.
Su médico la mandó a leer y encontró de un cuanto hay, cosas horrorosas que terminó pensando que le ocurriría lo peor, otra cosa insólita de su médico fue que en la última consulta de tres minutos, cuando ella le quiso hacer una pregunta le dijo "elige, si me la haces te voy a cobrar".
Así fue que llegó a la reunión, buscando orientación, apoyo, comprensión, estoy cierta que todo eso este lunes recogió, el grupo humano está formado por pacientes, personas asertivas, que entienden que uno de los pares trae los miedos que muchos de nosotros ya hemos superado, pero que podemos ponernos en su lugar y demostrarle que lo más complicado pasa y en el tiempo es posible mantener una vida dentro de una normalidad.
La complicación mayor es la falta de aceptación, ella no lo entiende y no quiere aceptarlo, pienso que quienes no lo aceptan es porque no saben como hacerlo y dentro de lo conversado, vimos la importancia del valor que tenemos como persona y entonces, como no querer todo lo que viva en uno, tal vez la enfermedad es un padecimiento, no sólo para nosotros, para alguien de nuestro núcleo también, pero la resignación nos vuelve humilde, generoso consigo mismo, valientes y con ello podremos aliviar lo que será más duro con la no aceptación.
Puntos a favor como conclusión, ante todo no comentar a todos como ella lo hacía, de decir soy bipolar, la bipolaridad es la enfermedad, nosotros somos personas que tenemos un tratamiento como paciente para esta afección.
Le pusimos ejemplos bastante reales en cuanto a molestias de otras enfermedades, para que comprendiera que las enfermedades son algo de la intimidad de una persona y que a los demás poco le interesará porque tratándose de cosas personales, cada quien las resolverá con su médico y su tratamiento.
Comprendió que esa bondad desmedida en hacer regalos, prestar dinero o gastar más de la cuenta, también es síntoma de la enfermedad.
Otro, que su alegría, coquetería y simpatía desbordante que la hace sentirse muy bien, es otro síntoma que con un buen tratamiento junto a su consciencia, podrá controlar y vivir en un sentido más cercano a la normalidad común de las personas.
Hay pacientes qué no quieren seguir el tratamiento, prefiriendo experimentar esa personalidad desbordante que les acomoda, atreviéndose a las cosas más insólitas; es bueno saber y aquí en este Blog lo he reiterado, qué este juego de libertad sin límites en las emociones, en el tiempo nos pasa la cuenta, sí porque la bipolaridad sin tratamiento crece e incluso, puede terminar en una esquizofrenia.
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