No sé cuál será el conjunto de técnicas que requiere un médico psiquiatra para atendernos, pero sí
puedo saber qué pasa en nosotros, con la relación que se da
al seguir un tratamiento.
Ya sea con un cambio de médico o aunque llevemos por largo
tiempo atendiéndonos con el mismo psiquiatra, nuestras inseguridades se
acentúan cuando llegamos a la consulta y a veces hasta olvidamos las cosas más
importantes que queríamos comentarle, después nos damos cuenta que casi nada es
importante para hacer saber, cuando comprendemos que el ajuste de medicamentos será lo que nos
lleve a la estabilización del ánimo.
Es cierto que el médico tratante puede ser un buen escucha, pero nosotros también necesitamos de sentirnos acogidos, no necesariamente en todo momento, pero sí tanto a la llegada como en la despedida.
La confianza que podamos experimentar con nuestro médico
tratante, nos permite sentirnos más tranquilos en relación a lo que mueve la
bipolaridad, los afectos.