Generalmente como pacientes, nos quedamos pegados en insistir
que todo las alteraciones del ánimo son productos de acciones que no merecemos
de los demás y eso, nos impide ver otra verdad, porque todo lo que sentimos,
pensamos y hacemos radica en nuestra elección y así como eso, podríamos tomar
la elección de cambiar todo pensamiento doloroso por aquellos que beneficien nuestra vida.
Me refiero al pensamiento cotidiano, cuando nos
enfermamos por supuesto no podemos controlar nuestro pensamiento, pero cuando
estamos estables a diario sí, aunque creamos que la bipolaridad no se aleja,
eso no es cierto, los medicamentos nos
llevan al equilibrio, entonces a posar las pupilas en lo que nos cause placer,
a comer para disfrutar y no para saciar la rabia y a respirar a conciencia para
descansar el pensamiento.
Con o sin una enfermedad bipolar, debemos de
hacernos cargo de sí mismos, no nos gusta que nos corrijan o que nos aborden inesperadamente
con preguntas que nos alejan de la paz interior, entonces es importante aclararnos
del por qué elegimos nuestras conductas, nuestros hábitos, cuáles son nuestros
valores y principios y para luego sentirnos gustosos de tener qué aportar, más que ir
enfrentando la vida como si fuese una batalla, siendo que también podemos elegir un
camino donde lo más importante, sea volvernos responsables para vivir en un provechoso orden afectivo también.
Hacernos cargo de nosotros mismos, es tener conciencia
que somos dueños de elegir lo mejor en sentido individual para vivir mejor y no
seguir sintiéndonos esclavos de lo que quizás ni fue ni es tan peor.
Hagamos algo
por nuestra alma, que no tiene porque llorar.
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