Varios de los pacientes que llegan por primera vez a al encuentro de los lunes, reconocen que estuvieron a punto de arrepentirse de asistir y claro lo desconocido muchas veces nos detiene, un paciente reconoció que allí quería encontrarse con lo que él se imaginaba, que tuviera relación con lo que necesitaba y asistió pensando que tal vez no habría nada de eso.
Al termino de la reunión, al preguntarle su opinión al respecto, dijo que se le cumplieron sus expectativas y en mi opinión con creces, la arrogancia, el sentirse con capacidades para cambiar el mundo, está dentro de la realidad de la enfermedad, hablar de humildad, reflexionando en grupo, también sirve para
"darnos cuenta" que independiente de la enfermedad podemos mejorar lo que se puede transformar en defectos.
Cada lunes es un oasis para nuestras aprensiones.
miércoles, 15 de agosto de 2012
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