sábado, 28 de enero de 2012
Depresión-desolación-
Los estados depresivos, se pueden comparar con algo así, como si la única luz de nuestra vida, de pronto se apagara, como si perdiéramos el bello resplandor de una vela que iluminaba nuestra habitación...
Nuestra alma llena de vida, en cualquier momento puede perder su fulgor .
Lo triste de perder la luz en nuestro ser interior, es que muchas veces, no tenemos ni siquiera claridad de la razón del por qué, de la profunda penumbra en la que nos sumimos.
Es tan larga la espera para reencontrarse con un rayo de luz, es tanta la soledad de nuestro ser interno,
sumándose a eso, a veces, la incomprensión de quienes participan como meros expectadores de este cuadro en nuestras vidas.
Dentro de las rarezas de la existencia humana está la depresión, si deseamos saber qué hacer por alguien que la padece, requiere amor, oración y compañía sin crítica.
Susana Rodríguez Hidalgo
martes, 3 de enero de 2012
Una Nueva Verdad
Los encuentros de los días lunes, son momentos que aparentemente por tema, nada nuevo debe de haber, pero la verdad es qué, tratándose de la bipolaridad no existe eso llamado, más de lo mismo, por que la bipolaridad está despierta a cómo sentimos la vida misma y en esto no se trata de sentir y sentir, nosotros necesitamos recapacitar, poner atención a nuestros sentimientos, deseos, emociones, temores, para disfrutar de la vida.
Hace 5 meses llegó una paciente quien leyó la entrevista sobre el Litio en Revista Paula y donde se enteró de las reuniones, desde ese tiempo que no ha faltado a compartir con nosotros, después de este corto tiempo, Viviana nos sorprende como un ser ejemplar.
Después de haber pasado por los peores desórdenes e impulsivas decisiones tomadas, al no tener la fortuna de encontrar un tratamiento adecuado, hoy sí lo tiene; sus alteraciones van equilibradas y es una muestra más de la importancia del buen tratamiento, pero lo más relevante es la voluntad con que ha enfrentado su nueva realidad, hoy al distinguir la diferencia entre su mente sana y la desequilibrada, opta primero que todo por hacer conciencia de lo que "no" hizo bien y de lo perjudicada que tantas veces se vió, producto de los desórdenes del ánimo.
Son muchisímos los paciente con quienes he compartido, pero nunca antes conocí a alguien que al conseguir el tratamiento, en corto tiempo, haya enfrentado con firmeza y de manera independiente y decidida como Viviana, el ordenarse, apostando por reconciliarse con la vida misma.
Viviana con valentía poda su árbol y se dispone ha recuperar tiempo perdido y a entregarse en amor y comprensión, tanto para ella como para los demás.
Asegura que nadie más que uno debe poner de su parte para la superación y recuperación, lo cierto que es meritorio lo que ella está haciendo y viviendo, un cambio en ciento ochenta grados, que sorprendente, principalmente ver su entusiasmo por cambiar sus conductas.
Ella reconoce la influencia de compartir con sus pares, el grupo es un espacio para dar a conocer nuestra verdad, esa que llega allí buscando cambiar el destino que estaba en manos de lo negativo y con Viviana nos podemos sentir orgullosos de sus logros.
Es maravilloso escucharla decir, “Hace veinte años que no le hacía un regalo a mi madre y hoy para Navidad le hice llegar fuera de la capital, algo especial, mi madre emocionada me llamó y le dije lo que antes no me atrevía a expresarle: Mamá te amo, te amo y te pido perdón por todo lo que te hecho padecer.”
Una vez más queda demostrado que la bipolaridad cuando está fuera de control, puede transformarse en algo que nos deteriora y que hace padecer a quienes nos rodean, pero cuando encuentra esta afección su equilibrio, puede transfomarse en verdadera gratitud y amor.
Viviana revisa su vida, reflexiona que no ha bautizado a ninguno de sus tres hijos, lo hermoso que ahora, aunque dice no ir a la Iglesia, ella conversa con Dios...
Desde aquí amiga-compañera de ruta, te aplaudo por darnos este tremendo ejemplo de superación personal y doy gracias a Dios por iluminar tu espíritu.
Hace 5 meses llegó una paciente quien leyó la entrevista sobre el Litio en Revista Paula y donde se enteró de las reuniones, desde ese tiempo que no ha faltado a compartir con nosotros, después de este corto tiempo, Viviana nos sorprende como un ser ejemplar.
Después de haber pasado por los peores desórdenes e impulsivas decisiones tomadas, al no tener la fortuna de encontrar un tratamiento adecuado, hoy sí lo tiene; sus alteraciones van equilibradas y es una muestra más de la importancia del buen tratamiento, pero lo más relevante es la voluntad con que ha enfrentado su nueva realidad, hoy al distinguir la diferencia entre su mente sana y la desequilibrada, opta primero que todo por hacer conciencia de lo que "no" hizo bien y de lo perjudicada que tantas veces se vió, producto de los desórdenes del ánimo.
Son muchisímos los paciente con quienes he compartido, pero nunca antes conocí a alguien que al conseguir el tratamiento, en corto tiempo, haya enfrentado con firmeza y de manera independiente y decidida como Viviana, el ordenarse, apostando por reconciliarse con la vida misma.
Viviana con valentía poda su árbol y se dispone ha recuperar tiempo perdido y a entregarse en amor y comprensión, tanto para ella como para los demás.
Asegura que nadie más que uno debe poner de su parte para la superación y recuperación, lo cierto que es meritorio lo que ella está haciendo y viviendo, un cambio en ciento ochenta grados, que sorprendente, principalmente ver su entusiasmo por cambiar sus conductas.
Ella reconoce la influencia de compartir con sus pares, el grupo es un espacio para dar a conocer nuestra verdad, esa que llega allí buscando cambiar el destino que estaba en manos de lo negativo y con Viviana nos podemos sentir orgullosos de sus logros.
Es maravilloso escucharla decir, “Hace veinte años que no le hacía un regalo a mi madre y hoy para Navidad le hice llegar fuera de la capital, algo especial, mi madre emocionada me llamó y le dije lo que antes no me atrevía a expresarle: Mamá te amo, te amo y te pido perdón por todo lo que te hecho padecer.”
Una vez más queda demostrado que la bipolaridad cuando está fuera de control, puede transformarse en algo que nos deteriora y que hace padecer a quienes nos rodean, pero cuando encuentra esta afección su equilibrio, puede transfomarse en verdadera gratitud y amor.
Viviana revisa su vida, reflexiona que no ha bautizado a ninguno de sus tres hijos, lo hermoso que ahora, aunque dice no ir a la Iglesia, ella conversa con Dios...
Desde aquí amiga-compañera de ruta, te aplaudo por darnos este tremendo ejemplo de superación personal y doy gracias a Dios por iluminar tu espíritu.
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