Al inicio de lo que es la afección bipolar, lo desconocemos todo, no tenemos idea qué significa afectarse de estos dos polos tan diferentes del ánimo. Difícilmente podríamos comprender lo que nos sucede, incluso, a los médicos, no le es tan fácil reconocer esta bipolaridad, confundiéndole muchas veces con la esquizofrenia, habiendo similitud en las reacciones de las enfermedades.
Cuando aparece la crisis, eso, es más perjudicial para quienes comparten con nosotros, que para nosotros mismos, uno, porque nosotros perdemos el control y sin darnos cuenta dejamos todo a la deriva, mientras que para quienes nos acogen, les complica al no saber qué hacer con ése cuadro inesperado. Entonces es allí donde habrá que pedir asistencia médica en los servicios públicos donde puede encontrarse un especialista. Mientras tanto, lo mejor será que quienes acompañan al enfermo, aparenten que se le ignora, pero sin despreocuparse de sus posibles impulsos, esto en conjunto con la atención médica, es lo que puede lograr que llegue la calma, ya sea con una internación o medicamento.
Así es como el paciente y la familia irán enfrentando distintas etapas, hasta alcanzar lo que hemos logrado tantos de nosotros, al ir conociendo detalles para aplicar en la vida diaria, que con el tiempo nos ha llevado a alcanzar a ser tan normal como los demás. Es así como el paciente se empieza a enfrentar con lo que es la “sí o no” aceptación a esta nueva forma de vivir y descubrir la vida, lo más esperanzador y real, es que la bipolaridad no es una enfermedad para dejar perdido en el tiempo y el espacio, para siempre a quien la padece.
La bipolaridad viene y va, es como cualquier cambio, cíclica, pero tampoco constante en el tiempo cuando nos responsabilizamos del tratamiento, depende de qué es lo que nos afecte en lo emocional, en nuestros sentimientos, para que nos volvamos delicados y enfermos. Todo se hace más entendible y menos temerario cuando vamos identificando por qué nos enfermamos.
Aceptando que dentro de algún episodio podemos perder el control de nuestro sano juicio y que nos impide saber de lo que estamos diciendo o haciendo, al recuperarnos podremos no sentirnos culpables, pero sí cada vez debemos volvernos considerados, agradecidos y si es necesario disculparnos y así, crecer como persona, para recuperarnos de lo que no pudimos auto controlar, dentro de la enfermedad con los demás. La autocompasión también nos sana.
Muchas veces es como si la propia vida nos pusiera a prueba; se nos presenta la posibilidad de vencer prejuicios, caprichos, de dejar de sentirnos acomplejados en lo físico o en alguna otra dimensión, quizás hasta nos liberemos de sentirnos perjudicados en lo social o en lo económico,con la bipolaridad llega la gran oportunidad de ir en la búsqueda de la propia Verdad.
La rebeldía nos perjudica, por eso, droga y alcohol, con bipolaridad o sin ella, no son mezclas que sirvan para disfrutar de ese algo que nos lleva al equilibrio, la "armonía", tenemos que descubri fortaleza para respetarnos lo suficiente y así entregarle a nuestro cuerpo, mente y espíritu lo que el Creador del Universo nos dió para disfrutar de nuestro Ser cada día, lo cierto que despúes de esto, pasamos a ser verdaderos dueños de nuestro propio destino, ninguna decisión más válida que la de uno mismo.
"En el Tiempo, todo se hace más entendible, cuando vamos identificando, qué és, en lo personal, lo que nos lleva ha enfermarnos".
miércoles, 28 de diciembre de 2011
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Me ha gustado mucho tu blog, si te gusta la fantasía aquí te dejo algo para compartir
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