Cuando la afección bipolar afecta de distintas maneras a un grupo familiar, no deberíamos descartar, como pacientes, aquello que pudiese impedir la armonía del núcleo familiar.
Estoy recordando a un paciente, con dos profesiones, muchas veces éxitoso y cuando menos espera todo se diluye, su diagnóstico dice, es una bipolaridad suave y en busca de comprender mejor lo que pasa por él, llegó a una de las reuniones.
Se fue sorprendido de entender que sus cambios de ánimo e incluso que sus situaciones laborales no son cosa de mala suerte en su vida, sino que hay razones directamente relacionadas con lo que nos hace convivir la bipolaridad, por suave que esta sea.
Así como este paciente pareciera haber asimilado esta verdad, si cada cual lo hiciera, entonces sería favorable comprender que simplificarnos en las expectativas laborales o afectivas, nos permitiría disminuir la angustia, los miedos, como también la irritabilidad.
Mauricio, es casado, tiene hijos y dentro de la conversación comentó que no tan sólo él necesita conocer y mantenerse con la bipolar controlada, ahora su hija tambien ha sido diagnósticada, entonces doble responsabilidad, para ayudar tenemos primero que sostenernos a sí mismos y no perder un minuto para cumplir con lo que tantas veces se nos ha dicho, seguir en forma continua el tratamiento, para así no derrumbarse y en el caso de Mauricio, poder dar dedicación a su hija y más aún, demostrarle con su ejemplo al seguir con las indicaciones médicas, que en la psiquiatría y la psicología se puede conseguir la salud mental.
A veces, encontrar a los profesionales adecuados, requiere de tiempo, pero hay que perseverar.
domingo, 12 de diciembre de 2010
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