Enfrentar el trastorno bipolar provoca desconcierto, disminuye nuestra autoestima, la vulnerabilidad pasa ha ser nuestro talón de aquiles y sólos dificilmente superaremos confusiones y debilidades.
La psicología es un factor preponderante para conseguir confianza en sí mismo y descorrer ese velo que oscurece nuestros buenos propósitos.
La charla realizada en el mes de septiembre en la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Sede Antofagasta, realizada para futuros profesionales junto a la presencia de docentes de la carrera, dió la posibilidad de unirnos en una misma mirada hacia ese conocimiento de lo que nos puede curar el alma.
Una de las preguntas que me hizo reflexionar, fue la de un alumno que me preguntó cómo podía ser que la enfermedad se moviera sólo entre el cielo y el infierno y no hubiese un intermedio y alguien acotó: No hay intermedio, y en ese momento estuve de acuerdo, pero luego reflexionando concluí que sí había un intermedio y eso era dejar pasar el mal, no odiarlo y en mi caso lograr alcanzarlo como paciente, es estar en un diálogo constante con Dios y atenta a sus respuestas. Así he llegado a aceptar más que ver como una fatalidad la enfermedad.
Aún recuerdo el silencio y respeto en el auditoruim mientras exponía; aquello me hablaba de esos sentidos abiertos y atentos para conocer lo que es nuestra verdad y así ayudarnos a sanar.
martes, 22 de septiembre de 2009
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