El afecto pasa a ser una medicina para el paciente bipolar, necesitamos sentirnos queridos y considerados, pero tambien debemos aprender a desarrollar alguna actividad que nos lleve a disfrutar de lo logrado. La inactividad nos mueve al cuestionamiento de los por qué, vivir sumidos en ellos es caer en un terreno inerte, esos por qué, a veces, no tienen respuestas y nos impiden vivir una realidad satisfactoria.
Es cierto que los cambios climaticos influyen en nuestros estados de ánimo, si reconocemos que es así, la voluntad nos permitirá enfrentar el desánimo.
De la mayoría de los pacientes como yo con quien comparto, cuestionamos los estados de ánimo y reiteramos el decaimiento y en la falta de ingenio, principalmente en los días de invierno, muchas veces basta una palabra de aliento o sólo escuchar sin opinar, para que el otro cambie aquello que parece un síntoma que no se puede superar.
Cada vez más notorio lo que trae en sí la bipolaridad, me refiero a ese intrínsico sentido afectivo que crea dominio en nuestra vida.
jueves, 13 de agosto de 2009
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