Para entrar en nuestro mundo interior sólo debemos querer pensar y reflexionar sobre la propia vida.
Esta labor la podemos realizar al estar conscientes que somos mucho más que reflejo de lo que el mundo externo nos ofrece; a lo largo del tiempo, cuando aceptamos el reto de mirar con valor nuestro mundo interior: nuestra alma, iniciaremos un desarrollo único de persona.
Si lo que buscamos en nuestra vida, es la plenitud, debemos saber que podemos encontrarla en nosotros mismos.
De no considerar la fuente que poseemos para encontrar nuestras propias respuestas, nuestras propias convicciones que nos darán autonomía para elegir lo que nos puede favorecer en la vida, se diluye el verdadero propósito de la existencia humana.
jueves, 23 de julio de 2009
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